sábado, 27 de diciembre de 2008

2do Cuento

Ayer no posteé una frase, pero hoy me redimo, escribiendo más de una frase, aproveché la rafaga de inspiración y escribí el siguiente cuento:


Clara dijo: Jorge, lo nuestro no puede continuar, se terminó el amor!
Siempre era un poco melodramática con todo, así que Jorge no se sobresaltó, y siguió mirando el partido de Los Andes tranquilamente, solo diciendo: Ajá... mmmm, vos decís?
-!¿Por qué no me prestás atención?! ¡Ni siquiera cuando estoy rompiendo con vos!
Él vagamente entiende lo anterior y responde: Ya se que estás rompiendo, rompiendo los güevos, dejame ver el partido tranquilo, cuando termine me contás lo que quieras bien...
Y sigue con la mirada fija a la pantalla.
- ¡¡Ves!! ¡No me escuchás para nada! ¡Se terminó! ¡Se terminó todo!
-...¿Cómo?- Dice sin moverse- ¿Qué tengo que comprar?... Fijate bien si no queda algo de eso...
En ese momento Clara le tira un paquete de galletitas que tenía a mano, que él con los reflejos de un caracol no esquiva. Solo que el paquete volador no tenía una buena dirección y aterriza suavemente al lado de él.
- Ahhh.... viste que había... estas duran.... mañana vamos y compramos más...
- ¡Pedazo de tarado! No te das cuenta de que no va a haber un mañana!
-... ¿Se va a terminar el mundo?
-¡¡No!! Solo nuestra relación, nada más... - dice ya cansada y con tono sarcástico
-Ajá... ammmmm... no sé... hace lo que te parezca mejor...
-¡¿Cómooooo?!
-...Si no hay de lo que decís... cociná otra cosa... no tengo problemas... - Añadía inocentemente si quitar la vista del televisor.

Hay que pensar que llegados a este punto de incoherencias, no hubiera sido extraño un intento de asesinato, pero lo que sucedió después fue más extraño, y un poquiiiito menos violento.

Clara, totalmente desorbitada por la actitud de su novio para con ella y el fútbol... se rayó, sí, así como escucha (perdón, como lee), se volvió loca, y no tuvo otro delirio que el de imaginarse en que estaba en un partido, y que su novio era un jugador contrario que estaba por hacer un gol (por favor descartar el hecho de que él estaba sentado en un sillón, no trotando), y no solo que se creía en un partido, sino que era la personificación de los espiritus guerreros de Ruggeri, Ayala, Astrada y cuanto asesino futbolístico hubiera.
Así que le tira una patada a la canilla... con su zapato de tacón... solo se puede agregar que hubo sangre, y bastante, en especial durante la operación para sacarle el taco de entre la tibia y el peroné, donde se había trabado.

Hoy en día Clara y Jorge continuan de novios, sin problemas, viviendo en el medio de la selva, aislados de todo, y sin un solo medio de difusión (nombrese televisor, radio, diarios, internet, palomas mensajeras, etc.), de vez en cuando Clara llevaba un diario, al cual previamente le quita el suplemento deportivo, no solo la parte de fútbol, no vaya a ser que Jorge terminara hinchando para el CASIC, Del Potro, Los Spurs, Curuchet, o cualquier otro.

Al fin consiguieron la felicidad juntos, ahora Jorge la escucha siempre, ya que el dolor punzante que le quedó en la pierna por la destrucción nerviosa que hizo de taco le recuerda constantemente lo que podría llegar a suceder si no lo hace.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado (hasta que Jorge se de cuenta que cerca de ahí en el almacén de la zona hay pelea de gallos y timba)

Saludos y hasta luego

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